Los alumnos utilizan cada vez más fuentes de Internet para hacer los deberes: esta puede ser una excelente herramienta si se la utiliza con cuidado y se tiene un espíritu crítico.
Sin embargo, también plantea un dilema: con tanta información puede resultar muy fácil “copiar y pegar” una respuesta o incluso un ensayo, en lugar de procesar la información y hacer un trabajo propio. Copiar el trabajo de otra persona es un plagio, tanto si copiamos el trabajo de la persona que está sentada junto a nosotros como si lo copiamos de Internet.