Ya te habrás dado cuenta de que los artistas dedican mucho tiempo y esfuerzo a crear su obra. En muchos aspectos, tus propias experiencias serán parecidas, aunque a menor escala.
Veamos ahora lo que puede suceder con las obras de arte y las ideas. Comenzaremos por reflexionar sobre lo que puede ocurrir en la escuela.
A una niña se le ocurre una idea para un cuento y, gracias a la ayuda de su bombilla de ideas, creará el mejor cuento que jamás haya escrito. La nombran “escritora ganadora” de la semana, obtiene puntos para su grupo y recibe el premio del director de la escuela.
Un niño tiene una idea genial para una rutina de baile. Utiliza la bombilla con su idea de baile para crear una coreografía y la comparte con sus amigos para que puedan bailarla en el concurso de talentos de la escuela. La escuela admira mucho la actuación de sus amigos, y él se gana el respeto de todos por su gran espectáculo.
Dos amigos tienen una idea brillante para un videojuego. Utilizan sus bombillas de ideas para colaborar en la realización del videojuego, que desarrollan para sus amigos en un laboratorio informático. El padre de un alumno de la escuela les ofrece su ayuda para obtener beneficios por el videojuego. Sin embargo, los amigos están muy ocupados con sus deberes escolares y se muestran indecisos.
Cada día, al llegar a la escuela, una niña no encuentra ninguna idea en su casillero. Aunque se esfuerza al máximo por tener una idea, no se le ocurre nada, y siente que no tiene el mismo éxito que sus amigas. Luego se da cuenta de que hay otra niña que tiene muchas bombillas de ideas en su casillero. Un día, durante el almuerzo, roba una idea de la otra niña sobre una obra de arte sin que nadie se dé cuenta. La niña crea la obra de arte y le dice a todo el mundo que la idea es suya. La niña a quien ha robado la idea se da cuenta de que se la han copiado, pero no dice nada. La niña que robó la idea se da cuenta de que no está disfrutando de su falso éxito y pide disculpas a la otra niña.
El relato anterior hablaba de una niña que nunca encontraba ideas ni bombillas de ideas en su casillero, y un día robaba una idea de otra niña que tenía el casillero repleto de ideas. Después admitía su error y se disculpaba con la niña a la que había robado la idea.
Tras aceptar sus disculpas, la niña del casillero lleno de ideas decide ayudar a la otra niña y le da una de sus bombillas de ideas, ayudándola a que la idea se convierta en propia. La otra niña logra utilizar la idea y darle su toque personal para crear una buena obra de arte que se cuelga en la pared del vestíbulo de la escuela, a la vista de todos. La niña se da cuenta de que puede inspirarse en otras personas, pero no debe apropiarse de las creaciones de los demás.